Preguntas Frecuentes

Se suele creer, erróneamente, que a terapia se acude cuando tenemos un problema grave de salud mental.

Sin embargo, los motivos para acudir a terapia son muy diversos, casi tan diversos como somos como personas: problemas en las relaciones personales, relaciones de pareja, familiares, problemas en el trabajo, miedos, inseguridad, ansiedad, depresión, desgana o apatía. O también, aprender a afrontar situaciones dolorosas, como la pérdida de un ser querido. Y también, para mejorar la autoestima, aprender a gestionar mejor las emociones, para el crecimiento personal y el autoconocimiento.

Mi modelo de trabajo es Humanista e Integrador. Esto quiere decir que me he formado en distintos modelos de trabajo terapéutico, entre ellos la Terapia Gestalt, el Psicoanálisis, la Psicología Social y Comunitaria, Análisis transaccional, el Feminismo, que ponen en el centro a la persona como sujeto activo de su proceso de cambio. Es integrador porque las técnicas y herramientas desde estas perspectivas pueden adaptarse a las distintas problemáticas, características y necesidades propias de cada persona que acude a la consulta.

Por lo general, la primera sesión, que tiene el objetivo de conocernos, conocer el problema y necesidades, tiene una duración de 1 ½ hora. El resto de las sesiones de terapia individual tienen una duración aproximada de 1 (una) hora. En el caso de terapia de pareja o con familias, la duración es mayor, de 1 ½ (una hora y media).

En cuanto a la frecuencia, depende de varios factores, entre ellos, la problemática, disponibilidad, situación económica, etc., por lo que en las primeras sesiones acordamos la frecuencia más conveniente.

La terapia no tiene una duración concreta, ya que hay muchos factures que pueden influir. La duración depende principalmente de la persona, de cuál es el problema o problemas que tiene, de los objetivos que se proponga, de la periodicidad, de aspectos económicos, entre otros.

Por lo general, hay personas que acuden con un asunto muy concreto y claro, con objetivos muy concretos y la terapia, por tanto, puede tener una duración corta. Hay otras situaciones, donde hay problemas más complejos, o que llevan mucho tiempo generando malestar, donde la terapia puede llevar una duración de tiempo más largo.

En las primeras sesiones, además de conocernos, visualizamos el problema y se plantean unos objetivos terapéuticos. A partir de ahí, comenzamos a trabajar en la consecución de los objetivos.

Durante las sesiones, de manera general, y dependiendo de las personas, dialogamos, se trabajan algunas técnicas que puedan ayudar a los objetivos terapéuticos, y en algunos casos o momentos, propongo actividades para realizar en casa, ya que el proceso terapéutico no termina en la consulta.

No. Va dirigida a cualquier persona que quiera realizar un proceso terapéutico. La Psicología Feminista es otra especialidad de mi formación, que contribuye a mejorar la intervención. Es un enfoque que permite integrar una visión tanto personal como social de la problemática.

Considero importante atender a las normas, roles y mandatos sociales que hemos aprendido como hombres y mujeres, que al imponerse de una manera inconsciente y rígida generan malestar y sufrimiento en las personas.

Trabajar desde esta perspectiva, también implica promover el respeto, la igualdad y el empoderamiento de las personas con las que trabajo.